EL TIEMPO y el Museo de Arte Moderno de Bogotá se unen para llevarles a los lectores las obras de los grandes artistas colombianos sobre la crisis que hoy azota al mundo: la covid-19. Hay exposiciones que esperan encerradas en los museos. La exposición de Andy Warhol en la Tate Modern, o la retrospectiva para celebrar los 500 años de Rafael, el príncipe de los pintores, en el Palacio del Quirinal de Roma, permanecen en, cuarentena . Los museos de todo el mundo tienen un candado en sus puertas, pero los artistas y los propios museos –como siempre– se rebelan y revelan todo lo que tienen que decir, pero falta algo: ver las obras en vivo. “En estos tiempos de reclusión obligatoria, EL TIEMPO quiere ser a la vez un lienzo y las paredes del museo”, afirma el director del diario, Roberto Pombo.
Claudia Hakim, la directora del Mambo, y el curador jefe del museo, Eugenio Viola, iniciaron una ambiciosa convocatoria que busca que los grandes artistas colombianos nos compartan su visión de la pandemia. La idea –cuando todo esto termine– es que el museo reabra sus puertas en una mega exposición con todas estas obras, obras de maestros y artistas de todas las generaciones, como Beatriz González, Santiago Cárdenas, Antonio Caro, Óscar Muñoz, Clemencia Echeverri, Fernando Arias, Miguel Ángel Rojas o Álvaro Barrios, que EL TIEMPO publicará en página completa durante estos días, y que los lectores, podrán llevar en su momento para que los artistas las firmen y las puedan tener en sus casas como obras originales y como un testimonio del momento más complejo de la humanidad en los últimos tiempos. ‘El Mambo de voz a voz’ sin duda es el primer gran proyecto artístico de la pandemia en el país.
El arte y las pandemias tienen una larga historia en común. Los artistas, en diferentes épocas y en diferentes pestes, han retratado el drama y la salvación, desde el icónico Triunfo de la muerte, de Brueghel, obra en la que un ejército de esqueletos masacra a todos los humanos que se topan con ellos, hasta los amarillentos hospitales de Goya o la desesperación y la tristeza de Munch –el hombre de El grito– en su autorretrato después de la gripe española. La historia nunca escapa de la mirada de los artistas; siempre queda atrapada en un lienzo, en una foto o en una instalación.
El MAMBO se pone a la delantera con este propósito cultural y artístico que pretende entregar desde la visión de los artistas el momento de confinamiento que vive el mundo.