Cortesía de Publimetro Colombia
El primer disco de Iron Maiden llegó a mis manos cortesía de mi madre en 1984. Estábamos en el mítico Lido Musique de los Campos Elíseos de París y ella, mi bella y sabia progenitora, no dudó un instante en llevar a la caja registradora el álbum Piece of Mind, que tiene esa portada de un ser cadavérico con una camisa de fuerza en un manicomio.
Maiden llegó a mi vida cortesía de un amigo, Sergio Becerra, que estudiaba conmigo en el Liceo Francés y del que no volví a saber nada, pero le agradezco lo que me enseñó a nivel musical cuando yo solo tenía 13 años.
Desde esos tiempos, Iron Maiden ha estado presente y ha marcado recuerdos geniales. Es mi banda, es una de las cinco bandas top dueñas de mi corazón junto a Def Leppard, Queen, Black Sabbath y Mötley Crüe. De ahí para abajo se desprenden otras bellezas puras como Judas Priest, Journey, Boston, Kiss, Twisted Sister, Beatles, Rolling Stones y acá me podría quedar recreando un listado del talento rockero que forjó mi adolescencia y sigue acompañando mi adultez (jamás, jamás, dejaré de usar mis camisetas rockeras).
En medio de las tesis que dicen que el rock muere lentamente en medio del alejamiento de las nuevas generaciones y de la ausencia e inevitable envejecimiento de las grandes bandas, Steve Harris, Bruce Dickinson, Adrian Smith, Dave Murray, Nicko McBrain y Janick Gers, todos por encima de los 60 años, acaban de sacar el álbum número 17 de esta agrupación que sigue vigente desde su fundación, en 1975.
Senjutsu se llama este disco. Su portada y toda su iconografía es sensacional, empero, la parte visual de Maiden, con Eddie a la cabeza, siempre ha sido un doctorado de seducción para sus seguidores. En esta ocasión Eddie, el querido Eddie, está en Japón y es un samurái hermoso.
El Maiden del nuevo siglo, luego de sus flojos discos con Blaze Bayley en la parte vocal (The X Factor y Virtual XI), recompuso el sacrilegio de no contar con Bruce Dickinson y gestó seis álbumes en “la era moderna”; todos con sus pros y contras, pero dentro del margen de la calidad a la que Maiden nos ha acostumbrado. Book of Souls salió en 2015 y pasaron seis años, el máximo tiempo que se ha demorado la banda británica que fundó el bajista, el jefe, Steve Harris, para sacar un nuevo lanzamiento discográfico. Y llegó Senjutsu…
Lo confieso, no he parado de oírlo como hacía en tiempos de adolescencia cuando salía un nuevo disco: una y otra vez lo escucho, lo disecciono, lo profundizo a alto volumen dejándome llevar por cada nota, cada armonía, cada riff, cada acorde… Y toda esa amalgama que reúnen los diez temas de este álbum me han llevado a sentir lo que sentí cuando era un crío y Maiden invadió mis tímpanos: la piel se erizó, el alma rockera se revitalizó, el tiempo se suspendió y regresó en forma de un álbum que es una obra maestra.
Iron Maiden se faja un disco que no solo se inspira en Japón, no, también es celta, es Churchill, es oscuro, es claro, es veloz, es lento, es renacentista, es metal setentero y ochentero. Las tres guitarras de Murray, Gers y Smith son cantos que se hablan y se responden en el momento justo. El bajo de Harris está en su estado más puro y es una caja aceitada de velocidades. La voz de Bruce Dickinson es esencia pura del universo maideniano y lo encumbra, de nuevo, como una de las mejores voces del heavy metal, está intacto el esgrimista. Y el buen Nicko McBrain, el mayor en edad de la banda, con 67 años, está en sus mejores momentos de baquetas y tambores.
Senjutsu reúne lo mejor de Maiden. Es como si en este disco se encontraran condensadas las genialidades del Iron Maiden, del Killers, de The Number of Beast, Piece Mind, Powerslave, Somewhere in Time, Seventh Son of a Seventh Son, No Prayer for the Dying y Fear of the Dark, los trabajos que me llenaron la vida de felicidad con el talento de ellos.
Este nuevo álbum es la madurez de una banda que sabe que está por encima del Salón de la Fama del Rock, que sigue trascendiendo, que volverá a darle la vuelta al mundo para dar conciertos a bordo de su Ed Force One y en los que espero estar presente para batir cabeza oyendo los temas de esta obra maestra. Up the Irons! ¡Carajo!
Mi top de canciones favoritas de Senjutsu:
- Death Of The Celts
- Darkest Hour
- The Writing On The Wall
- Senjutsu
- Days Of Future Past
Y todas las otras son hermosas…
Redacción